jueves, 2 de octubre de 2008

Génesis del niño bestia


El Hombre se encontró con él, con el niño aun vivo, en mitad del vacío.
Ambos se miraron pensativos. Así permanecieron, inmóviles, impasibles, a un paso de distancia. Repentinamente el niño comenzó a llorar. Primero sus ojos se volvieron vidriosos, para luego dar paso a unas lágrimas que ya se disponían a resbalar. El Hombre dio el paso que los separaba. Dejó que la primera lágrima cayera contra el suelo, para después inclinarse y lamer el resto que ya corrían raudas por las mejillas. Su lengua acariciaba violentamente la piel tersa del niño. No se detuvo hasta tragarse la última de sus lágrimas. Se enderezó, retrocedió el paso volviendo a la distancia inicial. Los ojos del niño ahora estaban secos. El Hombre sintió en su interior extrañas sensaciones, como desconocidos y contradictorios eran los sentimientos que se agolpaban en su ser. Sus ojos voltearon con fuerza, respiró de forma agitada y finalmente se calmó. Ahora pudo ver la mirada desafiante del niño. Impulsado por su arrogancia, el Hombre se arrodilló. El niño dio el paso. Levantó sus manos a la altura de la nuez del Hombre, y con sus pequeños dedos le abrió la garganta. El Hombre le miraba impasible. La sangre fluyó con furia por la obertura salpicando el rostro del niño. Este bajó las manos, pasó su lengua por las comisuras de sus labios ensangrentados. Inclinándose acercó su pequeña boca a la garganta abierta, la sangre fluía aun, el niño sintió como se saciaba con ella. Pasó una mano por la nuca del hombre, y atrayéndolo apuro las ultimas gotas de su vida. El Hombre ya no pudo verlo, cayó de lado con todo su peso, pero los ojos del niño se tiñeron de sangre, como si estos hubieran decidido girarse para mirarse a si mismo. El niño se dejó caer apoyándose en manos y rodillas, y lamió los restos de coagulo del suelo. Alzó su rostro y gritó por su vida atormentada. Su vello se erizó y sintió punzadas en su mente. Se despojó de sus ropas, desnudo completamente se revolcó por el charco de sangre, impregnó sus manos y se acarició el cuerpo. Embadurnó con mimo sus genitales, cubriéndolos de capas rojas. El niño bestia gateó hasta sentarse al lado del cuerpo del Hombre. Introdujo un dedo en la garganta del hombre aun caliente, lo extrajo y se dibujó el pecho. Cerró los ojos, y sintió la lujuria en su pequeño corazón. El niño bestia, sonrió.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Halaaaaaaaaaaa!!, cuando escribiste este texto debías estar de mala hostia fijo... ¿Se te olvidó comprar la revista ese mes? ¿El Barça perdía la liga.. (ah no k a ti no te gustaba el futbol, ejje)?? Sufrías de hemorroides en silencio???

Anónimo dijo...

Me da la impresión que hay mas amor en esta historia de la que podría imaginar. Sin quererlo, uno se pone a leerlo e inevitablemente, al menos yo, pondría mi piel en la del niño sin pensarlo, indirectamente.

Al quitarme la ropa y acercarme a alguien de quien me he alimentado durante un tedioso tiempo, para despues regocijarme en la locura que se ha derramado, me doy cuenta de que en realidad hay mas mezcla de sentimientos inciertos que hablan por si solos. El punto final es el arrepentimiento junto a la alegría de haber conseguido algo fruto del odio, y de la compasión por uno mismo.

A veces hasta los niños me dan miedo, siempre, siempre, sobrevaloramos hasta que punto pueden transformar la realidad de la irrealidad infantil, y aunque esto solo sea un artículo, hago mi propio comentario sobre la mente prematura del rencor, y de la ausencia de la inmunidad al dolor.

Anónimo dijo...

Interesante punto de vista Srta. Nocturna..

Anónimo dijo...

"Tú que al hombre consideras
tanto dios como oveja.
Al dios desgarrar en el hombre
como a la oveja en el hombre.
Y desgarrando reír,
¡En esto consiste tu felicidad!

felicidad "leopardina" y aguileña.
¡felicidad de loco y de poeta!"

F. Nietzsche

Anónimo dijo...

No existe la casualidad y lo que nos parece un mero accidente, surge de las más profunda fuente del destino. Tal vez por ello existió un momento en nuestras vidas en que decidimos no andar por el camino trazado, pues el mismo solo conduce a donde ya fueron otros. Buscar el origen o la causa puede resultar tan confuso como buscar el fin o la consecuencia. En realidad, todos sabemos que sólo existe un principio motriz en la vida: el deseo.

“El instante es la continuidad del tiempo, pues une el tiempo pasado con el futuro. Y el tiempo no es mas que la medida del movimiento entre dos instantes.” (Aristóteles)

Por cierto, en esta ocasión, ¿soy yo el anónimo?

kAfkA

Soy Leyenda dijo...

Estaba observando un punto malagueño en el mapa y pensaba cuanto tardarias en escribir. Bienvenido. ¿Acaso no somos todos anónimos, que creyéndonos dueños de nuestras palabras somos manipulados por nuestras mentes librealbredieras?

Anónimo dijo...

NO. Nuestras mentes no son mas que el recelo de algo mucho mas intenso que no mana precisamente de la racionalidad. Ellas sólo son recaderas sin voluntad que materializan en palabras y actos nuestros mas extraños y nauseabundos sentimientos: amor y odio, los principales. Ellos son la condición sine quan non de nuestra existencia, ella sólo una traductora.

Pd: mi presencia revitaliza tu blog, pues hará de tus pensamientos algo mucho mas intenso. De nada.

Anónimamente,

kAfkA

Anónimo dijo...

www.sersinrumbocierto.blogspot.com
Necesito tu ayuda, los contadores me chulean. Son un timo.
Voy a ver la de Sangre de Mayo para reafirmar tu opinión de que no veo pelis normales. Veo pelis de GARCI. XDD Y lo digo abiertamente.
¡¡¡Me esperan Daoiz y Velarde!!! yujuu.
P.D: Ten cuidado con la luna. Por sus ojos hostiles deduzco que te quiere comer.
Cof Cof.